Obsolescencia programada, el comienzo del consumismo:

Se denomina obsolescencia programada: A la programación del fin de la vida útil de un producto  tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto.                                                                                  El objetivo de esta práctica es acelerar el tiempo en el que se tarda en volver a comprar dicho producto por quedarse obsoleto.                                                                                                             El consumidor con ello comienza a experimentar una  espiral de consumismo de la cual es casi imposible salir ¿Por qué? En un mundo movido por el dinero nada de lo demás importa.

Para  saber más acerca de ello, comenzaré  desde sus  inicios:

El primer producto víctima de este proceso fue la bombilla, que el 25 de Diciembre del 1924  en Ginebra, un grupo de personas influyentes del mundo de la bombilla, se reunieron con el fin de crear el primer Cártel mundial para controlar la producción de bombillas  y repartirse los beneficios.

Recibió el nonbre de “Phoebus”, éste incluía a los principales fabricantes de todo el  mundo.                           Su objetivo,controlar la producción y al propio consumidor, ya que,  se estableció que todas las bombillas duraran 1000 horas.Esto daba una regularidad del consumo.  Además los fabricantes que no cumpliesen esta norma serían multados.                                                                    Los fabricantes por miedo a quedarse sin empleo y la presión de otros grandes fabricantes de productos,  aceptaron la obsolescencia programada,pero hubo gente que sí se dió  cuenta de  que al no  malgastar  materiales en ese proceso como ellos, sí que conservarían sus trabajos,por desgracia fue  una minoría.

¿Pero cómo se puede pasar tan rápido de una mentalidad de hacer un producto duradero, a hacer un producto frágil y programado? Todo se responde con una simple palabra,DINERO.

Después de la bombilla,  le siguieron toda clase de productos con obsolescencia programada :

Como medias,vaqueros,ordenadores,móvi-les,impresoras…(que llegan a tener un chip que cuenta las veces de uso, como en impresoras,ordenadores…y  que cualquiera podemos tener en casa)

Con la mayor producción y la abaratación de los productos,la gente ya no solo compraba por necesidad sino por diversión.                                                                                                                                                                                                                                                                      En los años cincuenta,  ya no se obligaba  al consumidor a comprar los productos que se quedaban obsoletos,  sino que se le  seducía con modelos nuevos y un claro mensaje subliminal (tanto tienes, tanto vales) .

La mayoría de la gente de la industria opina que sin la obsolescencia programada, no habría ni centros comerciales, ni trabajo para la mayoría de la gente.                                                                                                            Pero esta mentalidad es de corto plazo, por tanto , como dice un gran entendido y escritor de este tema,Serge Latuche “Quien crea que un crecimiento ilimitado es compatible con un planeta limitado o está loco ,o es economista”. Debido a que negocio y sostenibilidad deberían ir de la mano.

¿Pero a dónde van a parar estos productos obsoletos? Como os podreís imaginar  una minoría se queda en el país de origen,  incluso se recicla, pero la mayoría acabarán en los países más débiles y tercermundistas. Los cuales, por las mafias que mueven estos residuos,  son engañados para convertir sus tierras en grandes  vertederos públicos.

¿Dejarías que a tu país le pasara eso? Seguramente la respuesta sea no , así  que lo que tenemos que hacer,  es actuar y aquí está  mi conclusión:

¿REALMENTE TODO LO QUE TENEMOS LO NECESITAMOS?

¿QUEREMOS QUE NUESTRAS FUTURAS GENERACIONES VIVAN EN UN MUNDO TÓXICO Y GOBERNADO POR EL DINERO?

¿QUEREMOS ABRIR LOS OJOS Y MIRAR A NUESTRO ALREDEDOR Y VER UN MUNDO QUE SE CAE A PEDAZOS?

Por su puesto, que no. Debemos  concienciarnos  y respetar nuestro planeta por encima de cualquier otro interés. Sin malgastar sus recursos, ni convertirlo en un vertedero. Para ello debemos negarnos a ser manejados por la obsolescencia programada.